Francisco López Rubio
Maestro de la línea clara
04 DIC — 20 ENE 2012
Archivo
López Rubio ha desaparecido de nuestra memoria pese a ser, durante los años veinte y treinta del siglo pasado, uno de nuestros dibujantes más populares. Fue popular él, como lo fueron sus creaciones –el conejo Roenueces, don Oppas, el Mago Pirulo, el profesor Bismuto y los pequeños Lita y Lito–.
Inspirado en la fórmula del «menos es más», este granadino creó una serie de personajes entrañables que jugaban y se divertían en «Gente Menuda». Buena parte de la exposición que acoge el Museo ABC y cuyo comisario es Felipe Hernández Cava, está dedicada a recordar sus trabajos infantiles, así como un sinfín de ilustraciones, recortables, mapas, dibujos para colorear o juegos. López Rubio llegó a Madrid en 1915 con la firme decisión de ser dibujante y dejó en la redacción de Blanco y Negro, el original que abre esta muestra y que no se llegó a publicar. Pero inmediatamente alcanzó un gran reconocimiento, sobre todo como caricaturista. Su firma empezó a ser frecuente en algunos periódicos y revistas.